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Expresiones peruanas de la descomposición social.

llover sobre mojado en el desprestigio de la política peruana

Augusto Álvarez Rodrich

Publicado: 2014-04-24

Es cierto, como se jacta el gobierno, que la economía peruana sigue siendo una de las más dinámicas de la región, pero también es innegable que las expresiones de descomposición social son crecientes y cada vez más evidentes, sin que la presidencia de Ollanta Humala pueda mostrar, hasta el momento, resultados que generen la ilusión de que la situación va a mejorar.

El asesinato ocurrido ayer, a plena luz del día, de una persona que circulaba por Surquillo en un Lamborghini negro, y sin placa, por dos sujetos encapuchados que le dispararon más de veinte balazos –un obvio ajuste de cuentas– es una cereza notoria de este pastel podrido en que se está convirtiendo el país.

Esa es solo una expresión de las mafias que pululan y crecen cada día, sin dificultad, por todo el país.

Están, por ejemplo, las empresas de transporte público que se zurran en la ley y circulan por las calles, saltándose las licencias, no pagando las multas, matando gente, y proclamando que nadie las para.

Expresiones similares de descomposición social ocurren en Áncash, donde proliferan asesinatos por encargo de quienes dirigen mafias para apropiarse de los recursos públicos, y tiene hasta delegados en la Fiscalía, el Poder Judicial y el Congreso en varias bancadas, del gobierno y de la oposición.

Hoy, varias entidades fundamentales de la institucionalidad del país están infiltradas por la mafia.

Lo mismo viene sucediendo en Tumbes, a cuyo gobierno regional la Contraloría ha solicitado cortarle los recursos presupuestales por el riesgo creciente de que se los roben.

No son los únicos. En Amazonas hay varios asesinatos, incluido el del vicepresidente regional. Madre de Dios es tierra de nadie por la ilegalidad minera y las mafias asociadas.

La construcción civil es hoy otro espacio de mafias que también asaltan, extorsionan y asesinan. Varias universidades son, a su vez, espacios de escándalo. ¿Cómo explicar –¿y quién lo para?– al millonario rector de la Garcilaso? ¿Se lava dinero hoy en algunas universidades?

Mientras todo eso ocurre sin que las autoridades levanten una ceja, en el país la gente recurre al linchamiento como forma de administración de justicia, tal como ocurrió anteayer en Huancayo, Cajamarca y Juliaca, donde quemaron vivo a un delincuente que asesinó a unos esposos delante de sus hijos.

¿Y el narcotráfico? Obvio, cada vez más sólido. ¿Alguien lo duda?

Mientras la economía sigue creciendo, hoy en el Perú la ilegalidad y las mafias no paran de crecer.

¿Cuántos delegados suyos serán elegidos autoridades locales y regionales el próximo 5 de octubre?


Escrito por

EL AMAZONICO

"Una injusticia hecha a un individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad."


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