A inicios del siglo pasado, se suscitaron una serie de sublevaciones y conflictos bélicos cuyos objetivos reales eran las luchas para obtener el poder absoluto, que se traduce en dinero abundante. Así, por ejemplo, la primera guerra mundial (1914), librada entre la TRIPLE ALIANZA (Alemania-Imperio Astro/Húngaro-Italia) y la TRIPLE ENTENTE (Inglaterra-Francia-Rusia) que, de una forma u otra definió la revolución Rusa, cuyo primer intento fue en 1905 y el segundo y definitivo 1917 tuvieron como motivación fundamental lo mencionado líneas arriba.

Luego, siguieron el Fascismo Italiano (Mussolini), la guerra civil Española (Franco), el Partido Nazi (Hitler), la segunda Guerra Mundial, Vietnam, el avasallamiento de los países Africanos, las invasiones y guerras en medio Oriente por el oro negro y muchos ejemplos más, ya vividos. 

La desesperación por alcanzar poder y dinero, de algunos individuos, hace que lleguen a extremos inimaginables. A este escenario, lamentablemente, y en forma equivocada, le llaman “POLÍTICA”.

Todos estos procesos, el comportamiento de las masas y los resultados obtenidos, fueron analizados científicamente por especialistas, obviamente solventados por los enquistados en las cúpulas gubernamentales, con el objeto de obtener parámetros o reglas que les permitan conducir a la población hacia dónde deseen, sin mayor oposición ni levantamientos. Es así como nace lo que nosotros llamamos las “reglas del embrutecimiento masivo”. Su nombre elegante es: TÉCNICAS DE PERSUACIÓN.

Al igual que los mandamientos, las reglas para la “persuasión” también son diez. Veamos algunas de ellas, las más usadas, manoseadas sería el término adecuado.

CREAR UNA NECESIDAD.- Se trata de convencer a la población de la imperante necesidad de realizar un proyecto u obra. Se les convence detallando las grandes “ventajas” y el “desarrollo”, “crecimiento” y “bonanza económica” que producirá, una vez ejecutado el proyecto o la obra.

SER EL ÚNICO CAPAZ DE LOGRAR QUE SE REALICE LA NECESIDAD.- Una vez que convencimos a los incautos de lo que “realmente” necesitan. El segundo paso es demostrarles que, los únicos capaces de darles lo que necesitan, somos nosotros.

HABLAR A LA POBLACIÒN COMO SI FUERAN NIÑOS.- En el proceso de inducción, seducción, atracción, las explicaciones a la población deben dárselas como si estuviésemos tratando con criaturas que carecen de conocimientos y criterio. Se tiene que mostrar como un adulto superior ante grupos de imberbes que necesitan aprender todo. Por ejemplo: “Para Loreto es indispensable, imprescindible, la conexión vial con la costa del País”. Esta premisa, seguida de la numeración de ventajas y beneficios que traerá la interconexión terrestre con el resto del Perú y el gran despliegue de publicidad y marketing, terminó por convencer a la mayoría de la población de Loreto. ¿Se hicieron foros, estudios nacionales, internacionales, comparativos, alternativas o algo similar? NADA. Sólo se aplicó la regla. 

El segundo paso, en ese proceso están, es convencernos que el único capaz de realizar este sueño es Ivan Vásquez. NADIE MÀS. Para ello se dirige a los votantes como si estaría dando clases en el jardín inicial y les explica lo inexplicable de manera paciente e infantil.

Sus adversarios políticos, politiqueros y politicastros se desesperan y levantan la voz tratando de negar o desacreditar los apresurados y muy “provechosos” planteamientos. Consiguen poco, casi nada, porque la mayoría de la población ya fue captada con los mensajes, afiches, banderolas, radio y TV, Al mejor estilo de Mussolini o Hitler.

Finalmente, consideramos conveniente definir lo que significan las palabras POLÍTICO, POLITIQUERO Y POLITICASTRO porque estos son los personajes que conducen a la población a los enfrentamientos, con las funestas consecuencias que ya hemos palpado.

1.- POLÍTICO.- Que interviene en los asuntos del gobierno de un estado, comunidad autónoma, municipio o que aspira a ello, teniendo como objetivo básico el bien común y la transparencia.

2.- POLITIQUERO.- Que habla o actúa en política con superficialidad, sin fundamentos sólidos.

3.- POLITICASTRO.- Político mal intencionado que actúa con fines y medios sucios para beneficio propio.

Ahora, usted puede colocar en la categoría que considere conveniente a los personajes que día a día salen a los medios de comunicaciones intentando manipularnos o engatusarnos.